Tanto la sala, el comedor, como la cocina americana integrada a la sala se caracterizan por ser espacios abiertos por lo cual dan lugar a un diálogo entre zonas que generalmente están encerradas o separadas. En este sentido es necesario llevar adelante una doble tarea: limitar y armonizar. A través de los límites es posible generar un orden y otorgar a cada área protagonismo. Por medio de la armonización se logra cierta continuidad y una sensación de totalidad en el ambiente.
Como ya se ha mencionado, una buena forma de lograr una división armónica es recurriendo a los colores. Las pinturas de Sherwin-Williams son ideales para realizar esta labor. En la foto se puede observar un buen ejemplo de esta propuesta. En este caso gracias a la elección de colores Sherwin-Williams ha sido posible delimitar la cocina del living sin generar rupturas ni empastes. A la cocina le corresponden los tonos verde (Center Stage SW 6920) y amarillo (Forsythia SW 6907), mientras que en el living se destaca el uso del rojo y el naranja (Knockout Orange SW 6885). Asimismo el rojo aparece como color integrador debido a que es utilizado en pequeños elementos de la cocina generando de esta forma una sensación de continuidad en un ambiente caracterizado por un fuerte contraste.